Son cuatro los puntos más importantes desde el punto de vista del niño pequeño, que pueden ser importantes para la adaptación del niño en la escuela y en donde los educadores tienen un papel afectivo activo como opción a desarrolla.
Seguridad: El niño necesita de un mundo de estímulos continuos y ser orientado en los mismos para ir adaptándose exitosamente y en dónde encontrar ánimos para ir descubriendo nuevas experiencias. El niño debe ser preparado poco a poco para enfrentarse a lo nuevo, sin ser engañado ni avergonzado, con pautas concretas para controlarse y aprender los límites, y aceptar las correcciones sin sentirse amenazado ni protegido en exceso por parte de educadores y familia.
Independencia: El niño ha de ir desarrollando autonomía e intentar hacer cosas por sí solo. El mundo en donde se desenvuelve es muy importante que sea atractivo y que asocie el trabajo a lo distraído o divertido, para que se convierta en un estímulo y lo vivencie positivamente. La manera en cómo vaya superando las dificultades con éxito, irá fomentando su propia autonomía estima e independencia.
Respeto y confianza: Estas actitudes el niño las incorpora con las distintas experiencias y por observación de padres y educadores. Inculcar el respeto y la confianza a través de la lectura, llamando la atención sobre aspectos concretos en los cuentos y en las distintas situaciones de la vida cotidiana en los que hay que recapacitar. Es interesante dar explicaciones concretas y puntuales, resolver dudas, hacer numerosas preguntas acerca de temas relacionados con los valores, en definitiva ir asentando las bases para prepararlos para el futuro.
Seguridad: El niño necesita de un mundo de estímulos continuos y ser orientado en los mismos para ir adaptándose exitosamente y en dónde encontrar ánimos para ir descubriendo nuevas experiencias. El niño debe ser preparado poco a poco para enfrentarse a lo nuevo, sin ser engañado ni avergonzado, con pautas concretas para controlarse y aprender los límites, y aceptar las correcciones sin sentirse amenazado ni protegido en exceso por parte de educadores y familia.
Independencia: El niño ha de ir desarrollando autonomía e intentar hacer cosas por sí solo. El mundo en donde se desenvuelve es muy importante que sea atractivo y que asocie el trabajo a lo distraído o divertido, para que se convierta en un estímulo y lo vivencie positivamente. La manera en cómo vaya superando las dificultades con éxito, irá fomentando su propia autonomía estima e independencia.
Respeto y confianza: Estas actitudes el niño las incorpora con las distintas experiencias y por observación de padres y educadores. Inculcar el respeto y la confianza a través de la lectura, llamando la atención sobre aspectos concretos en los cuentos y en las distintas situaciones de la vida cotidiana en los que hay que recapacitar. Es interesante dar explicaciones concretas y puntuales, resolver dudas, hacer numerosas preguntas acerca de temas relacionados con los valores, en definitiva ir asentando las bases para prepararlos para el futuro.
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